El baile del tango tiene su origen en Argentina y fue introducido y popularizado en Latinoamérica y Europa a principios del siglo XX.
Su baile se caracteriza por una gran variedad de pasos y posturas, constituyendo, posiblemente, la danza más elegante que puede bailarse en parejas. Requiere cierta habilidad para poder desarrollarlo correctamente.
Tanto la música como la danza del tango tienen influencias indirectas de la Habanera Cubana, que fue antecedente directo de la milonga, de la cuál nació el tango hacia hacia fines del siglo XIX, en la zona portuaria de la Ciudad de Buenos Aires.
El primer tango con autor conocido es: “El Entrerriano”, de Rosendo Mendizábal, publicado en 1.898.
A partir de las primeras décadas del siglo XX, la música y el baile se popularizaron y adquierieron los cánones básicos que aún perduran. La década del 40 fue una etapa llena de éxitos para el género, pero ese esplendor se fue diluyendo con los años.
No obstante, posteriormente, en 1.990 el tango volvió por sus fueros y tuvo su auge mundial, no sólo por su danza, sino también con el nacimiento de nuevos compositores de estilos más modernos.
Hoy en día, el tango es más que un baile, es una filosofía y una forma de vida. A este género de música, se le aplicó originalmente el nombre de “tango”, debido quizás a su carácter reservado y secreto.
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