EL TANGO…es una ilusión de ardides femeninos, de ojos desafiantes, de dominación masculina.
Baile sinuoso, complicado, intrincado, misterioso y recio…pero también refinado y lleno de humor y de ironía.
El Tango es también un juego…juego de rostros tensos, de piernas que se entrelazan en movimientos románticos.
Ayer el Tango era una danza anticuada del tiempo de Rodolfo Valentino…Hoy está resurgiendo en las salas de bailes y en los Estudios de Danza de todo el mundo.
Las damas con sus ajustados vestidos adornados en lentejuelas, con tajos pronunciados que realzan la figura femenina y la hacen sumamente atractiva y seductora…Los caballeros con elegantes trajes acompañados de sus zapatos propios para este baile son compañeros adecuados para poner de manifiesto su conquista (mutua) hacia ellas.
Hace unos 100 años atrás era un acto de rebelión contra las costumbres de la época.
Era baile de inmigrantes y de campesinos que se habían sentido atraídos a la Capital Argentina llenos de esperanza y buscaban una manera de expresar su desilusión.
Se originó con el fugitivo y el cafishio…en el burdel y en la pulpería… Y quizás más importante aún es que brindó la oportunidad de expresar en público la atracción sexual.
El Tango es popular porque, como todas las formas de arte, se nutre del contraste entre forma y contenido, entre ilusión y realidad.
Importante…”Es necesario conocer bien a la pareja, sentir los movimientos del otro, ser capaz de compartir la misma pasión…pues lo que ocurre entre el hombre y la mujer, es hermoso, porque la mujer en la mano del hombre, se convierte en un pincel con el cual él dibuja su voluntad en la pista del baile”.
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